febrero 15, 2012

Revisando la Vida...








Intenta ver tu vida como un paréntesis en la eternidad. Este paréntesis se abre en el momento de tu concepción y se cierra en el instante de tu muerte. El espacio dentro de este paréntesis es tu vida, rodeada de algo que se llama eternidad. Este algo que llamamos eternidad no se experimenta físicamente y, sin embargo, existe de manera misteriosa en el interior de la mente. Hay algo que forma parte integral de nosotros y que es invisible. Llamémoslo mente, pensamiento, conciencia, alma, incluso Louise, si quieres. El nombre que se le dé
no importa. El yo invisible, esa parte que no es tu yo sensorial físico, es la parte capaz de contemplar la

eternidad. Si aceptas, aun levemente, la idea de eternidad, ésta es real para ti. Si eres capaz de convivir con la idea de eternidad, a ti te corresponde explorar esta idea. Y si te hallas en el punto en que eres capaz de considerar la eternidad o la ausencia de fin al menos por curiosidad, podrás utilizar esta curiosidad para ayudar

a dar un propósito a tu vida. Puedes hacerlo de la manera siguiente: recuérdate primero a ti mismo que todo

existe por alguna razón, como parte de la inteligencia perfecta que es el universo. A continuación, aquí y ahora

y tengas la edad que tengas, retrocede diez años con el pensamiento y entonces imagínate a ti mismo. Examina lo que pensabas en ese momento, cómo vestías, lo que sentías y a quién admirabas. ¿Cuántas cosas

de las que viviste entonces te han llevado adonde estás hoy? Retrocede ahora diez años más en tu mente y ve cómo todas y cada una de las experiencias y los aprendizajes te han llevado al punto siguiente y luego al siguiente, hasta hallarte de nuevo en la actualidad.

Si eres sincero, descubrirás que cada experiencia de tu vida era absolutamente necesaria para conducirte al punto siguiente y luego al siguiente, hasta este mismo momento. Este ejercicio mental es muy útil en el desarrollo de la capacidad de contemplar y meditar. En última instancia, puedes volver a ser un niño en el pensamiento. Verás que las experiencias de la infancia, fueran éstas cuales fuesen, ayudaron a esa personita que fuiste a hacerse mayor y llegar a ser el adulto que eres hoy. No te estoy pidiendo que juzgues, que muestres tu agrado o tu desagrado, que apruebes o desapruebes. Simplemente tienes que ver que cada experiencia te ha llevado a la siguiente y te ha ofrecido algo para seguir o no creciendo. Era necesario que tuvieras esas experiencias, y la prueba de ese punto de vista es que las tuviste. Así de sencillo. ¡Las tuviste! Pasaste luego a la experiencia siguiente y luego a la siguiente, todas .entrelazadas de manera invisible y todas conducentes al ahora. Puedes haber vivido para el sufrimiento o para los resultados, pero tuviste en todo caso esas experiencias y eso nada podrá cambiarlo.


Dr. WAYNE W. DYER







8 Comments:

  1. Cantares said...
    Bueno, yo lo comparto
    Pero llegar a eso fué un camino durísimo atravesado por un diagnóstico nefasto que superé con mucha fuerza y una tonelada de buen humor
    Besos
    Alicia Abatilli said...
    Nada es fácil, lo importante es no arrepentirse de lo vivido.
    Un abrazo.
    Alicia
    mardelibertad said...
    Lo vivido,vivido esta, como yo digo cada década es una experiencia nueva que va enlazando una con otra...
    Un abrazo
    Rafael San Andres said...
    Ha sido muy interesante la lectura de tu entrada.

    Realmente, cada etapa anterior ha sido necesaria para la siguiente y todas las anteriores han sido necesarias para la etapa en la que nos encontramos ahora.

    Y eso me anima, porque habiendo sufrido mucho en anteriores etapas, esta etapa actual me parece la mas interesante y ahora mismo doy por bueno todo el camino recorrido.

    Un besote
    Ceci said...
    Elegir vivir de la mejor manera, poniendo el hombro a cada inconveniente, sorteando cada obstáculo y sabiendo que la felicidad son momentos que se construyen y sobre todo sabiendo que la vida la hacemos nosotros mismos...
    Buena elección de texto!!!

    Abrazos!!
    Sandra Luz Martorelli said...
    Qué texto tan profundo, nos ayuda a reflexionar y aceptar lo que somos y lo que vivimos como parte de un gran aprendizaje, nada es al azar en nuestra vidas...

    Besitos!
    Amig@mi@ said...
    Todo lo que merece la pena, cuesta. Si entendemos esto y lo aceptamos, tenemos medio camino recorrido.
    Un abrazo
    Neogeminis Mónica Frau said...
    Excelente punta de ovillo para seguir meditando sobre el sentido de la vida. A veces duele, pero es necesario llegar a la madurez de aceptar que todo lo vivido es y ha sido parte de nuestro desarrollo y es ese crecimiento interior el objetivo mismo de nuestra vida.


    Un abrazo.

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